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Rebélate contra la pobreza

Rebélate contra la pobreza

Las mesas no se llenan con promesas

A finales de los años 60, el Banco Mundial encargó un informe que fue publicado en 1969 con el título “El desarrollo, empresa común”, cuya dirección estuvo a cargo del economista, premio Nobel y ex-primer ministro canadiense Lester Pearson; a su juicio el objetivo de la cooperación al desarrollo debía ser “reducir las disparidades, suprimir las injusticias y ayudar a los países más pobres a entrar, por su propia vía, en la época industrial y tecnológica, de suerte que el mundo no se divida de modo cada vez más tajante en ricos y pobres, privilegiados y menos privilegiados”. Para ello planteaba una nueva estrategia de ayuda al desarrollo resumida en 10 puntos, uno de los cuales era el aumento de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) hasta alcanzar el 0´7 % del PIB de los países donantes. Este compromiso fue formulado en el seno de Naciones Unidas a comienzos de los 70. Después de casi 40 años solamente 5 países han llegado a ese compromiso del 0’7%. La realidad es que en los últimos años la AOD del conjunto de países donantes ha disminuido.

Los gobiernos de los países ricos han hecho desde entonces muchas promesas de lucha contra la pobreza, pero casi todo ha quedado en realizaciones parciales cuando no en incumplimientos totales, fundamentalmente por la falta de voluntad política para adoptar las medidas necesarias y destinar los recursos suficientes.

El 8 de septiembre del año 2000, 189 jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en una Cumbre convocada por Naciones Unidas, firmaron la Declaración del Milenio. En ella, entre otras cosas, se comprometían a trabajar en los siguientes 15 años sobre un conjunto de objetivos para lograr reducir la pobreza. Son los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que suponen una síntesis y relanzamiento de algunos de los principales compromisos internacionales de lucha contra la pobreza realizados en las décadas anteriores.

Estos objetivos solamente pueden interpretarse como compromisos de mínimos: es lo mínimo que la comunidad internacional debe garantizar antes de 2015 en el esfuerzo común de lucha contra la pobreza. Sin embargo, como ha podido verse en la cumbre de Naciones Unidas celebrada el mes pasado para hacer seguimiento de estos ODM, esos mínimos no se van a alcanzar.

En estos años se han prometido más cosas; los países desarrollados hicieron en el año 2002 en la Cumbre de Monterrey unas promesas de incremento de la ayuda al desarrollo, pero tampoco se han cumplido. El G-8, los países más ricos y poderosos de la tierra, reunidos en Gleneagles hace tres años, hicieron una serie de promesas, especialmente orientadas a África, pero de todo aquello no se ha cumplido ni la mitad.

Las promesas importantes, las que valen de verdad, no son las que se hacen sino las que se cumplen. Las promesas no dan de comer; aunque en el año 1996 los países miembros de la FAO se comprometieron a reducir a la mitad el número de personas hambrientas, la realidad es que esa cifra ha ido aumentando año por año, y que sólo en este último año ha aumentado en unos 75 millones de personas, acercándose ya a los mil millones en situación de hambre. Las promesas no les dan de comer.

Hace falta presionar a los grandes decisores políticos y económicos a nivel mundial para que cumplan lo que han prometido reiteradamente. Hace falta que cada una de esas personas que tiene en sus manos decisiones que afectan a la vida o la muerte de millones de seres humanos sepa que nuestra sociedad no quiere más promesas, sino realidades, cumplimientos, resultados. Y para eso haces falta tú, y tú, y él, y yo… hacemos falta todas aquellas personas a las que no nos gustan las promesas incumplidas, a las que nos duelen el hambre y la pobreza de cada ser humano.

Entre el 12 y el 19 de octubre celebramos la semana de movilización contra la pobreza, y la celebremos en todo el mundo. Multitud de ONG, de movimientos sociales, de personas solidarias en muchos lugares de muchos países de todos los continentes van a hacer oír esta voz que clama por el cumplimiento de las promesas. También en muchos lugares de la geografía española hay gente comprometida que está organizando multitud de actividades de sensibilización y de movilización para hacer resonar este mensaje: las promesas hay que cumplirlas. Especialmente queremos que el día 17 sea un día que tenga un gran eco en esta reclamación, y para eso necesitamos a todos los hombres y mujeres sensibles con esta causa para que unamos nuestra voz y hagamos llegar con contundencia este mensaje a los líderes mundiales.

El 17 de octubre no te quedes en casa; sal a la calle y reclama el cumplimiento de las promesas. Únete a todos los que pensamos que la actual crisis económica, financiera y alimentaria afecta de forma mucho más intensa a los más vulnerables. Suma tu presencia y tu voz a este clamor global de lucha contra la pobreza. Os invitamos a participar en las manifestaciones contra la pobreza que habrá en diversos lugares de España el día 17 de octubre. En decenas de localidades españolas se están organizando actividades y movilizaciones; puedes encontrar información en la web www.rebelatecontralapobreza.org

A cada persona que esté leyendo este mensaje, a quienes no sois indiferentes ante esta realidad, os pedimos vuestro respaldo, vuestro compromiso personal; que tengáis presente en vuestro día a día la posibilidad de ejercer vuestra solidaridad, y os pedimos también que hagáis público ese compromiso ante nuestra sociedad y ante los gobernantes mundiales saliendo a la calle el próximo 17 de octubre. Las promesas son para cumplirlas, y hay que reclamarlas.

José María Medina es Presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España.

1 comentario

Marola -

La pobreza…que palabra tan desvalida, poco querida y que tanto nos debería afectar. Estos días se está hablando de la semana de la pobreza, muchas manifestaciones, coloquios, blogs, discusiones, planes de desarrollo etc.
Yo me pregunto si quedara algo después de que pasen estos días, si realmente los gobiernos se van “a mojar”, si van al menos a intentar cumplir los acuerdos que el día 25 de septiembre se prometieron. Me gustaría que el mismo fervor que sienten esas personas por hacer manifestaciones, coloquios, y toda esa parafernalia, sintieran realmente cada día del año que la gente se muere de hambre, que cada día miles de niños mueren sin poder tener ni agua ni comida. Que la pobreza ya está a punto de sobrepasar los 1.000 millones de seres humanos en el mundo. Me gustaría que los gobiernos se comprometieran a erradicar el hambre (personalmente creo que se podría dar de comer a todo ser humano, otra cosa es que no interese, y se gasten cada año miles de millones en armamento y otros útiles que no sirven para nada), se comprometieran a paliar las mínimas necesidades de alimentos, fármacos, médicos, etc. Solo eso….
Les dejo el enlace de Objetivos de Desarrollo del Milenio 2008.
http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/pdf/MDG_Report_2008_SPANI