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Los buenos modales... en Facebook

Los buenos modales... en Facebook


Las personas estamos preparadas para convivir en sociedad. Esa preparación nos viene dada por la educación que recibimos de nuestros padres hippies, por lo que nos inculcaron en el colegio suizo, o simplemente por lo que nos enseñó la vida. Pero con la rápida evolución de la tecnología, se producen nuevas situaciones para las cuales nadie está preparado. Ésta situación se llama Facebook.

Facebook es una red social regulada en gran parte por sus usuarios. Las sociedades virtuales son algo tan novedoso que todavía no existe un código de conducta a seguir, por lo tanto, todo vale, o casi. Así que ha llegado el momento de establecer el uso correcto de las herramientas que este portal pone a nuestra disposición, y lo que no debemos hacer nunca si no queremos sufrir una muerte social. Lo que sigue es el nuevo «Facebook Etiquette».

La foto de perfil

SÍ. Cada usuario debe poner una foto para identificarse. Tiene que ser una foto actual, ya que su finalidad es que te reconozcan tus amigos del colegio desperdigados por el mundo, tus amigos actuales y la rubia con la cual ligaste en la discoteca anoche.

NO. Si eres mayor de 35, no vale engañar al personal y poner una foto de hace diez años. Tampoco una foto de la infancia. Los hombres que tienen una foto de pequeños en su perfil son peligrosos: chicas, hacedme caso. Cuando les veáis en la vida real, siempre tendréis en mente esa foto, y el subconsciente pensará «qué mono, si es un niño, no me va a hacer daño». Y cuando menos os lo esperéis, os decepcionaran. Si tienes novio, novia, marido o mujer y estáis los dos en Facebook, no vale ser empalagosos. En Facebook, como en la vida misma, cada uno debe valerse por sí solo, y no ser una extensión de su pareja.

El estatus o estado

SÍ. Cada usuario puede escribir una frase bajo su foto para que sus amigos la vean y comenten. Suele ser algo sobre el estado anímico de la persona -«con migraña»-, una frase de una canción -«my eyes don´t recognize you at all, for reasons unknown»-, lo que están haciendo es ese momento -«estoy ocioso»-, algo críptico -«be chupito my friend»-, o un link a una página web con un artículo curioso o un video de YouTube.


NO. No hace falta cambiar el estado cada hora: «me voy a comer», «he vuelto de la comida», «estoy trabajando», «reunión en 20 minutos». No se deben contar cotilleos, dar detalles escabrosos de la vida de los demás o usarlo como arma para dar pena «9». Sobre todo, siempre hay que tener mucho cuidado con las palabras. El status es algo muy delicado que siempre está abierto a ser malinterpretado.

Los amigos

SÍ. Puedes buscar amigos poniendo su nombre en el buscador o invitándoles a unirse a la web. Aunque la gente lo niegue, sí hay mucho ligoteo en Facebook.

NO. Más de 800 es un poco dudoso, menos de 50 muerte social. Aceptar a gente que no conoces no es recomendable, a no ser que no te importe cruzarte con algún que otro psicópata que te mande mensajes raros por chat o comente tus fotos de la infancia haciéndose el que te conoce «de toda la vida».

Hacerse fan

SÍ. Cada usuario puede darse de alta como fan de algo, de Oliver y Benji; de Pancho el perro de la primitiva; del diario ABC; Carmen Lomana (187 fans); de los ZATS; de Barney Stinson; de «irse de after a una casa, y mejor si no es la mía»; del Frigopie, etc.

NO. No vale ser fan de todo. Eso demuestra muy poco carácter. Hay que ser selectivos. Hacerse fan de «Flight of the Concords», vale, hacerse fan del novio de Falete (1.362 fans), tiene un punto friki.


El wall

SÍ. Cada usuario tiene un «wall» o «muro» donde puede colgar fotos, videos y recibir mensajes de sus amigos que puede leer todo el mundo, o no, dependiendo del nivel de privacidad que determine el propio usuario.

NO. No hay que pasarse. Es patético el usar el wall de los demás como escaparate de tu vida. Hay gente que tiene conversaciones en los walls intencionadamente y con el único propósito de que lo vea un ligue, un familiar, o una ex amiga, etc. Hay cosas que deben mandarse por mensaje privado y punto. También se da el caso de personas que ponen comentarios en los walls de gente conocida o gente «cool», para que todos los demás piensen que son sus amigos. Yo lo llamo «wall spamming». Si eres víctima de esta práctica, no tienes más que darle a «delete» o «borrar» y quitar los comentarios que sobran. Un consejo amistoso: no te fíes de las personas que tienen los walls en modo «no visible», o que los borran a menudo, casi siempre esconden algo.

Álbumes de fotos

SÍ. Uno de los puntos más atractivos de Facebook es el poder compartir fotos con amigos. Cada usuario puede colgar fotos en un apartado de álbumes en su perfil. Estas fotos las podrá ver quien determine el usuario. Existen «settings» de privacidad para que las fotos personales las vean sólo determinadas personas, tus amigos, los amigos de amigos... o todos los usuarios de Facebook si es así como lo quieres.

Las fotos son muy delicadas ya que estás abriendo tu vida e invitando a la gente a diseccionarlas. Te importe o no, tienes que saber que no se pasará por alto ningún detalle, desde el reloj que usas, hasta el coche que conduces, pasando por la gente que frecuentas. A los ojos de los demás, las fotos que cuelgues definirán tu estilo de vida, te guste o no. Hay varios tipos de perfiles, los de los viajeros: fotos del viaje de mochileros por la India, de buceo en el Mar Rojo, de fin de año en Cabo Verde. Los familiares: fotos de los cumpleaños de los hijos, del primer día de colegio, la cena de navidad etc. La persona ultra sociable: montería, cacería, viaje a la finca de Mallorca, despedida de solteros en Ibiza, navidades en Baqueira.

NO. La persona «wannabe»: fotos casi diarias de su grupo de amigos compuesto de dos personas, más él, o ella, de juerga, copa y cigarillo en mano, con fecha del día y nombre del club. «Lunes 13/02 Buddha, jueves 16/02 Nells, viernes 17/02 Gabana, sábado 16/02 Pacha». Por supuesto que todas las fotos serán debidamente tageadas (llevarán el nombre de las personas identificándolas)... especialmente la gente que se ve en el fondo y de casualidad, con la finalidad de integrarse en un grupo «cool» que realmente no es el suyo. Además tageará a otros amigos que no estaban presentes, para que las fotos aparezcan en los walls de todo el mundo. También aparecerá una larga lista de comentarios entre dos personas debajo de las fotos, donde hablarán de dicha noche y se usarán las palabras «crack» «gordi» y «genio».

La traducción literal de Facebook lo dice todo: «libro de caras». Si tu rostro está entre ellas, lo primero que tienes que saber hacer es, precisamente, «dar la cara». Así que pon una foto de «profile» verdadera y empieza tu aventura online. Un último consejo: Facebook es un arma de doble filo. Los más listos lo usan en su justa medida. Hay que enseñar lo suficiente y esconder lo necesario. Como la vida misma pero en versión virtual.

Ana Ureña para Abc.


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