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Una política migratoria que flexibilice fronteras y contribuya al desarrollo de los países pobres

Una política migratoria que flexibilice fronteras y contribuya al desarrollo de los países pobres

Un informe presentado hoy afirma que un incremento del 3% en el número de inmigrantes en los próximos años generaría más recursos que la ayuda, el comercio y la cancelación de deuda juntos

Si España rebajara a la mitad el coste del envío de remesas se liberarían más recursos que la ayuda bilateral de nuestro país a 42 países del África subsahariana

La política migratoria que mantienen los países desarrollados, centrada en el control de fronteras, tiene unos costes muy elevados, potencia la inmigración ilegal, viola derechos y provoca bolsas de pobreza y exclusión. Sin embargo, los movimientos migratorios pueden ofrecer oportunidades sin precedentes en la lucha contra la pobreza y la desigualdad si se gestionan bien. Esta es una de las ideas clave del informe Puertas al mar. Por qué todos deberíamos estar interesados en una política migratoria más justa e inteligente, que Intermón Oxfam ha hecho público hoy.

El documento quiere aportar un debate nuevo sobre las oportunidades y los riesgos de la inmigración, despejando los prejuicios y algunas verdades aceptadas que impiden tomar decisiones coherentes y que permita compaginar el derecho de las personas a emigrar en busca de una vida digna y los beneficios que se generarían en los países de origen y de acogida.

"El celo de los países ricos a la hora de restringir la entrada de personas sólo es comparable con su empeño en que circule todo lo demás. Este doble rasero permite a la UE subvencionar su producción y exportación agraria con 50.000 millones de euros anuales, mientras que los campesinos de los países en desarrollo, arruinados por la competencia desleal, deben quedarse en casa", afirma Gonzalo Fanjul, coordinador de investigaciones de Intermón Oxfam y autor del estudio.

El informe contiene datos reveladores sobre el impacto que puede tener la inmigración en los países en desarrollo. Un incremento de tan sólo el 3% del número de inmigrantes en los próximos años podría generar un beneficio cercano a los 305.000 millones de dólares. Esto supondría el doble de toda la ayuda al desarrollo, la condonación de deuda y los beneficios derivados de un hipotético acuerdo comercial en la ronda de Desarrollo de la Organización Mundial del Comercio en un año.

"Nos empeñamos en ponerle puertas al mar y vallas a las fronteras y gastamos fortunas y una considerable energía social en impedir la entrada irregular de los inmigrantes que nuestra sociedad necesita. Pero estas políticas han dado resultados muy modestos hasta la fecha", afirma Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam.

En un impulso de frenar la entrada de inmigrantes subsaharianos, nuestro país gastó más de 20 millones de euros en la tercera fase de la valla de Melilla, que incorpora sofisticados adelantos tecnológicos. Con esta misma cantidad se podría facilitar tratamiento contra la malaria a 11 millones de niños de ese continente.

"Es hora de hacernos sinceramente otras preguntas. Lo relevante no es cómo controlamos mejor nuestra fronteras, ni si quiera qué podríamos hacer para que la gente no se vea obligada a abandonar su país de origen. Lo importante es identificar y aplicar políticas migratorias que beneficien a los que viven en la pobreza y sean beneficiosas para la sociedad de los países de acogida", añade Arpa.

El informe propone trabajar en dos ámbitos principales: primero, poner la emigración al servicio del desarrollo a través de unas políticas activas que incluyan un nuevo modelo de gestión de fronteras. El segundo, reducir las causas que expulsan a las personas de sus países de origen para hacer que la emigración sea una decisión voluntaria, ordenada y protegida por derechos fundamentales.

Una de la prioridades a corto plazo es reducir el coste de los envío de dinero que hacen los inmigrantes (remesas), que pueden suponer una verdadera fuente de beneficios para el desarrollo de los países pobres. Según un cálculo realizado por Intermón Oxfam, si se redujese el coste medio de los envíos en un 50%, se podrían liberar recursos por valor de 212 millones de euros anuales. Esta cantidad es superior a toda la ayuda bilateral que nuestro país concede a 42 países de África subsahariana.

El informe resalta que el Gobierno ha hecho un esfuerzo serio para aprovechar el modelo basado en contingentes y en contrataciones en origen, pero según los datos contrastados con diversos analistas, esto ha permitido la entrada de 200.000 inmigrantes de forma regular, mientras que nuestro país precisa cerca de 400.000. Esto necesariamente fuerza a entradas irregulares y contrataciones ilegales.

"Estamos dispuestos a flexibilizar las condiciones para los inmigrantes cualificados, que nos interesan a nosotros y debilitan las opciones de desarrollo de los países pobres. Pero nos negamos a incrementar el número de inmigrantes regulares no cualificados, los que más podrían hacer por reducir las obscenas desigualdades entre los países ricos y los países pobres", concluye Fanjul.

Intermón Oxfam señala que no hay un único modo de reducir la inmigración irregular y ampliar la movilidad de los trabajadores y que la solución pasará por aplicar mecanismos que ya existen con otros novedosos.

Migraciones circulares

Entre los últimos el informe propone llevar a la práctica un ambicioso plan de migraciones circulares que incluya incentivos al retorno. Estas migraciones estarían basadas en permisos con una validez de varios años, sin restricciones geográficas o sectoriales y que permitirían al emigrante entrar y salir de la UE de acuerdo a las oportunidades laborales disponibles durante ese tiempo.

A partir este análisis, contrastado con decenas de investigadores, organismos públicos y privados y organizaciones de emigrantes, el informe propone que una nueva política migratoria esté basada en tres pilares:

+Generar oportunidades para no emigrar: reducir los factores por los que los inmigrantes se vean obligados a emigrar, mediante políticas coherentes de ayuda al desarrollo, reglas comerciales justas y soluciones a los problemas que el cambio climático ya está generando en los países en desarrollo.

+Reformar el modelo de gestión de las migraciones: ordenar la inmigración, en vez de bloquearla, a través de una Política Migratoria Europea que facilite la entrada y el movimiento de trabajadores no comunitarios. Esto debería ir acompañado de acuerdos migratorios con los países de origen que favorezcan el desarrollo

+Poner la emigración al servicio del desarrollo: abordando factores como el abaratamiento del coste de las remesas, promoviendo la circulación y no la fuga de cerebros, fomentando las asociaciones de emigrantes y sus vínculos con las comunidades de origen.

Algunos datos contenidos en el informe:

+La diferencia salarial entre Ecuador y España es de 5 a 1; la del Reino Unido y Kenia es de 7 a 1. Una diferencia salarial de tan sólo 2,3 a 1 entre Estados Unidos e Irlanda contribuyó hace 120 años al desplazamiento masivo de población hacia Norteamérica.

+Se estima que el coste de prevenir la inmigración en los cinco países industrializados más protegidos es de 17.000 millones de dólares.

+Las remesas representan hoy unos 200.000 millones de dólares anuales, el doble del valor de la ayuda oficial que se destina a los países con bajos ingresos.

+Las remesas son, después de la inversión extranjera directa, la segunda fuente de financiación externa para los países pobres.

+Según estimaciones realizadas por Intermón Oxfam, después de consultar con varias entidades financieras, los inmigrantes podrían estar pagando entre un 3 y un 5% más que los nacionales por sus hipotecas. Si tenemos en cuenta que el volumen de préstamos en manos de los inmigrantes es de unos 51.000 millones de euros, un sobreprecio del 3% supone un coste añadido de 1.530 millones de euros anuales para la economía de los inmigrantes y de sus países de origen

Estudios de Intermón Oxfam

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