El capitalismo se ha convertido en un cadáver
En septiembre de 2007, cuando salió a la luz la gigantesca problemática económica creada por las hipotecas de alto riesgo, empezó a constatarse que el ritmo del crecimiento económico actual es totalmente insostenible. Desde entonces, cada vez hay más desempleo, más compañías que suspenden su actividad y más entidades financieras con dificultades.
En opinión de Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951), catedrático de Estructura Económica de la Facultad de Economía IQS, de la Universidad Ramón Llull, "la deuda acumulada por el actual modelo económico no va a resolverse con más deuda, sino con profundas transformaciones estructurales". Autor de El crash del 2010 (Los libros del Lince) afirma que "se avecina una crisis de proporciones gigantescas, totalmente inevitable, muy parecida a la de 1929, salvo por la diferencia de que ahora la caída está produciéndose a cámara lenta".
Pregunta. Según ha dicho, todavía estamos en periodo de precrisis...
Respuesta. Sí, lo peor está por llegar. Aunque no queramos reconocerlo, este sistema ya ha cumplido con su función en la historia de la evolución de la humanidad y se halla en vías de agotamiento. La crisis de las hipotecas basura, los niveles descontrolados a los que se ha llevado la economía financiera y los montos de deuda privada desmesurados e inasumibles son indicadores de este agotamiento, cuyo punto de no retorno se alcanzó en 1973 y su máximo entre 2003 y 2006. A partir de ese año comenzó a gestarse el crash que se producirá a mediados de 2010.
P. ¿No se puede evitar?
R. No, es algo que tiene que suceder para que la evolución natural de los acontecimientos siga su curso.
P. ¿Y qué opina de usar dinero público para capear la situación?
R. Comprendo por qué y para qué se hace, pero no servirá de nada. La economía mundial lleva años funcionando por inercia, con el piloto automático, sin tener que enfrentarse a una verdadera crisis. De ahí que el sistema no esté preparado para actuar en situaciones de verdadero riesgo, como la actual. Por ello, las medidas que están adoptándose tan sólo servirán para ir tapando agujeros, sin un plan determinado, intentando salvar la situación y creyendo que se trata de un revés temporal y superable.
P. Pero no será así...
R. La crisis que se avecina no será como las de 1993 o 2000. Lo que viene ahora no va a poder taparse. Es algo gordo de verdad: una crisis sistémica.
P. ¿Crisis sistémica?
R. Sí, es aquella que da lugar a un cambio que afecta de forma profunda e irreversible al modo de organización y producción del sistema, así como a su manera de atender y entender su realidad social. Al transformar completamente la forma en la que se han venido haciendo las cosas, esta crisis supondrá un trauma para la sociedad. Pero es algo cíclico, totalmente natural. De hecho, la crisis sistémica que se iniciará en 2010 será la decimonovena que se ha producido en los últimos dos mil años.
P. ¿Significará el final del capitalismo?
R. No, pero sí el principio de su fin. Los sistemas económico-sociales, con ligerísimas variaciones, suelen durar unos 250 años. Y dado que el capitalista comenzó su andadura oficial con la llegada de la Primera Revolución Industrial, en 1820, terminará aproximadamente en 2070. De ahí que se esté convirtiendo en un cadáver económico.
P. ¿Qué pasará a partir de 2010?
R. Por mucho que políticos, banqueros y empresarios intenten hacernos creer que aquí no va a pasar nada, vamos a vivir el hundimiento de la economía entre 2010 y 2012, seguido de un periodo de estancamiento hasta 2015 y, posteriormente, una lenta recuperación hasta 2020. Así, cuando se produzca el crash de 2010 comenzará la paulatina imposición de limitaciones en el uso y el consumo de recursos, tanto a través del aumento de sus precios, como de la restricción o denegación de su consumo, lo que acarreará la muerte de algunas actividades, que se revelarán ineficientes.
P. Y los ciudadanos, ¿qué podemos hacer?
R. Ha llegado el momento de responsabilizarnos de nuestra propia vida. Mi recomendación es que cada persona se dedique a trabajar en algo que le apasione, que realmente tenga sentido y que sea verdaderamente útil y necesario para la sociedad. Lo digo porque sólo quienes sean los mejores en su campo de especialización y aporten verdadero valor añadido a sus organizaciones tendrán garantizado un empleo a tiempo completo. Esta nueva filosofía tendrá su eje en el concepto de responsabilidad personal, que comienza con el autoconocimiento y el desarrollo personal y tiene consecuencias sobre la elección de nuestra profesión, nuestro estilo de vida y nuestro consumo.
P. ¿Algún consejo más?
R. Quien tenga deudas, que las cancele cuanto antes o que las reduzca cuanto pueda, y que no se endeude más. Y antes de comprar cualquier cosa, que cada cuál se pregunte si verdaderamente lo necesita. La crisis de 2010 va a obligarnos a vivir de acuerdo con nuestras necesidades y no nuestros deseos. Dado que vamos a dejar de ir a más para empezar a ir a menos, lo necesario va a volver a ser lo único importante. Conceptos como "utilidad", "eficiencia" y "aprovechamiento" van a ser protagonistas, así como "colectivo", "coordinación", y "colaboración". No va a quedar más remedio que abandonar el individualismo y trabajar conjuntamente para lograr una mayor optimización en la gestión y el uso de los recursos. Como ha ocurrido siempre, este tipo de cambios se producen debido a una necesidad económica.
Santiago Niño Becerraes Catedrático del IQS, Universidad Ramón Llull.
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