El milagro
Esta mañana te he visto distinto
tu paso era danza
tus gestos, poesía
tus ojos rezaban.
Esta mañana la he oído
como nunca antes.
Su murmullo era un canto,
sus protestas, un ruego,
su pregunta, plegaria.
Y a él le he entendido
quizás por vez primera.
Su enfado es herida,
su dureza, miedo,
su cinismo, derrota
Hoy cada rostro
quería contarme una historia
llamándome desde lo hondo de la Vida.
Todas las voces
confluían en un único cántico
que contaba
las dudas, los lamentos,
las fiestas, las declaraciones
de amor
las noches oscuras
los días claros
las equivocaciones
y los sueños.
Y ahora, cuando vuelve la ceguera,
me pregunto quién me abrió los ojos.
José María R. Olaizola
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