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cuatrodecididos

poemas

Dios y las mediaciones


Sé que las imágenes pueden confundirme y hasta engañarme.
Sé que los nombres no alcanzan a decirte por mucho que los ajuste.
Sé que los sueños más hermosos son proyeccciones.
Sé que las palabras se quedan cortas en todas sus expresiones.

Y a pesar de ello,
te imagino,
te nombro,
te sueño,
y te hago palabra para conocerte,
porque Tú eres el que quiere revelarse
en esas pobres mediaciones.

Sólo Tú

Porque nuestros proyectos se desmoronan y fracasan
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos,
porque chocamos continuamente con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente
y nos engañamos con tragos de sal.
Al fin, en la raíz, en lo hondo, sólo quedas Tú.
Sólo tu Sueño me deja abrir los ojos,
sólo tu Mirada acaricia mi ser,
sólo tu Amor me deja sereno,
sólo en Ti mi debilidad descansa
y sólo ante Ti la muerte se rinde.
Sólo Tú, mi roca y mi descanso

Javi Montes, sj

Y quién decís que soy Yo

Y quién decís que soy Yo


Tú eres el Dios sobre el que todos opinamos,
el Dios que todos buscamos,
el Dios que todos abandonamos,
el Dios con el que todos luchamos.

Pero, a la vez, Tú eres el Dios que nos recrea,
que nos encuentra aunque no le busquemos,
que permanece fiel cuando le dejamos,
que nos vence y convence.

Tú eres el Dios del que todos hablamos,
el Dios que todos usamos,
el Dios que todos desfiguramos,
el Dios que todos intentamos comprar.

Pero, a la vez, Tú eres el Dios que nos habla con amor,
que nos respeta y cuida con pasión,
que nos da identidad y rostro,
que se muestra insobornable en su gratuidad.

Tú eres el Dios que cree en nosotros,
el Dios que espera en nosotros,
el Dios que ama en nosotros,
por encima de nuestros gestos, hechos y palabras.

Parroquia del Carmen

Dime quién eres

Ahora que la noche es tan pura,
Y que no hay nadie más que tú,
Dime quién eres.

Dime quién eres y por qué me visitas,
Por qué bajas a mí que estoy tan necesitado
Y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú, que andas sobre la nieve;
Tú que, al tocar las estrellas,
las haces palidecer de hermosura;
Tú que mueves el mundo tan suavemente,
Que parece que se me va a derramar el corazón.

Dime quién eres, ilumina quién eres;
Dime quién soy también,
y por qué la tristeza de ser hombre;
Dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón,
Tú que andas sobre la nieve.

Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad
Ahora que brota mi vida y te llamo como nunca.
Sostenme entre tus manos;
sostenme en mi tristeza,
Tú que andas sobre la nieve.

José Luis Blanco Vega, sj

Grietas


La verdad es que grietas no faltan
así al pasar
recuerdo las que separan a zurdos y diestros
a pequineses y moscovitas
a présbites y miopes
a gendarmes y prostitutas
a optimistas y abstemios
a sacerdortes y aduaneros
a exorcistas y maricones
a baratos e insobornables
a hijos pródigos y detectives
a borges y sábato
a mayúsculas y minúsculas
a pirotécnicos y bomberos
a mujeres y feministas
a aquarianos y taurinos
a profilácticos y revolucionarios
a vírgenes e impotentes
a agnósticos y monaguillos
a inmortales y suicidas
a franceses y no franceses
a corto o a larguísimo plazo
todas son sin embargo remediables
hay una sola grieta decididamente profunda
y es la que media
entre la maravilla del hombre y los desmaravilladores
aún es posible
saltar de uno a otro borde
pero cuidado
aquí estamos todos ustedes y nosotros
para ahondarla señoras y señores
a elegir a elegir de qué lado ponen el pie.

Mario Benedetti

Alfarero del hombre


Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto, los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro,
Vigor, Origen, Meta
de los sonoros ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía,
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia
del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa, si no alientas,
monte, si nos estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia.
Vivir es ese encuentro:
Tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado!
¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue,
Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra

Himno de Laudes

No te rindas


No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo, correr los escombros
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda, y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque ésta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola. Porque yo te quiero.

Mario Benedetti

Estados de ánimo


Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo azul
pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde inmóvil
y paciente conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires..
te mires al mirarme.

Mario Benedetti