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Falsos derechos

Falsos derechos

Según Simone Weil, a la izquierda hay que exigirle más y decirle la verdad. No sé cómo juzgará eso nuestra izquierda de hoy, poscristiana, posmoderna y postizquierda...Pero intentaré decir lo que me parece más ético y más verdadero, a propósito de temas hoy en debate.

1. No existe un derecho al aborto. Ello no significa que legalmente no pueda haber una despenalización: en un Estado laico, ni un delito es un pecado, ni legal equivale a moral. La ley civil tiene como objetivo la convivencia, no la moral: no pretende entrar en las conciencias, sino regular conductas que afectan a la paz social. Por eso las leyes pueden penalizar cosas no inmorales (hablar por el móvil conduciendo) y no penalizar cosas inmorales (el adulterio). Pero una cosa es lo legalmente tolerado y otra lo moralmente permitido.
Nadie tiene derecho a eliminar una vida que está ya humanamente programada.Se busca moralizar el aborto arguyendo desde el "derecho al propio cuerpo" y los "derechos de la maternidad". Pero esos derechos (como casi todos) tienen un límite: nadie puede esgrimir un derecho contra el derecho de otro: de lo contrario, el violador tendría derecho a violar "porque se lo pide el cuerpo". Y la mujer, derecho a abortar hasta en el noveno mes (y echar luego los fetos a una trituradora como se hizo en Barcelona). La maternidad tampoco da derecho a la mutilación genital de una hija, ni a prostituirla para ganar dinero: pues el misterio de la maternidad consiste en esa maravilla de algo que, siendo en algún sentido propio, es a la vez extraño. Y lo es por su contextura vital, no por su tamaño o su edad.

Que "tengo derecho a hacer lo que quiera con mi cuerpo" lo he oído decir a más de un drogadicto. Y no: por nuestro que sea, el cuerpo merece también un respeto. Creerse con derecho a disponer de una vida indefensa solamente porque estorba no tiene nada que ver con una mentalidad de izquierdas, más bien es fascismo puro y duro. El afán de sustituir la expresión aborto por la más políticamente correcta de interrupción del embarazo quizá revele ya una mala conciencia no reconocida.

Repito que no hablo de leyes civiles sino de derechos morales. Para el legislador, será sin duda conveniente que lo legal quede amparado por valores morales. Pero todo el mundo sabe que cualquier valor moral tiene sus situaciones límite donde ni el veredicto es claro, ni los expertos coinciden ni el legislador tiene por qué tomar partido. Incluso quien considere inmoral el aborto deberá reconocer que cabe hablar de grados de inmoralidad,según se trate de un ser ya constituido como persona, o en marcha hacia esa constitución, o sólo programado para ser tal. Y debe saber que siempre hubo discusión sobre cuándo se dan esas fases: según Tomás de Aquino (y con su lenguaje), el alma humana no la infunde Dios hasta el tercer mes de la gestación: porque antes la materia "no está aún preparada para recibirla".

En este contexto, un cristiano deberá sentirse obligado al máximo respeto a la vida personal, y aplicarse ese principio a sí mismo, al margen de lo que la sociedad penalice o tolere. Así dará ejemplo de una fina sensibilidad humana, aunque pueda comprender que no todos acepten eso porque, ante las situaciones límite, también nuestra razón patina.

Pero eso no significa que la Iglesia tenga derecho a imponer su propia moral a través de leyes civiles: pues según san Pablo, una parte de la moral cristiana en lo que toca al cuerpo se funda en eso que llamamos la resurrección de la carne.

2. Se habla también genéricamente de eutanasia, englobando en este término mil cosas que no lo son. He hecho testamento vital; he protestado a veces contra parte de la medicina moderna que presume de alargar la vida cuando no hace más que retardar la muerte (que no es lo mismo). Creo que el ser humano tiene derecho a no morir sufriendo y que la lucha contra el dolor es siempre legítima, aunque pueda tener la muerte como daño colateral. Veo claro que, en casos recientes en que se discutía sobre si desconectar una vida de la máquina que la está alimentando, la desconexión era moralmente lícita, pues allí no se trataba de la vida natural sino de una vida artificial...

Dicho esto, me parece equivocado argüir en favor de una acción occisiva directa invocando un derecho a morir dignamente: la sociedad capitalista reduce la dignidad a algo cuantitativo y exterior, cuando en realidad se trata de algo cualitativo e interior. Bill Gates siempre tendrá más dignidad, a nuestros ojos, que el obrero que murió en accidente laboral construyéndonos el AVE y que, además, era inmigrante; pero nos equivocamos en ese modo de concebir la dignidad. Etty Hillesum, la muchacha judía que murió en Auschwitz, entrando desnuda en una cámara de gas junto a cientos de personas, murió con más dignidad que quienes confundimos dignidad con comodidad. Y no es que yo desee a nadie el destino de Etty: sólo pongo un caso límite que ayude a ver qué es eso de la muerte digna. Sin entrar en cuestiones de regulación legal; pero pidiendo que no se confunda simplistamente lo legal con lo moral.

3. A propósito de otra cuestión hoy en litigio, me dijo hace poco un amigo jesuita: "Respetaré que Zapatero suprima los crucifijos, pero le exijo que acabe con los crucificados". Hacer aquello sin esto no pasará de ser una prótesis de silicona que enmascare el escaso volumen de nuestros izquierdismos. Y mientras sigamos subvencionando nuestros productos agrícolas e impidiendo que África pueda vender los suyos, somos parcialmente culpables de muchas muertes en cayucos.

José Ignacio González Faus es jesuita.

1 comentario

Rodolfo Plata -

LA ETICA Y LA MORAL DEL ESTADO LAICO DEBEN SUPERAR LOS VALORES RELIGIOSOS:
LOS VALORES SUPREMOS DE LA TRASCENDENCIA HUMANA Y LA SOCIEDAD PERFECTA, DEBEN ORIENTAR LOS OBJETIVOS DEL CURRÍCULO ESCOLAR LAICO A FIN DE ALCANZAR LA SUPRA HUMANIDAD__ La relación entre la fe y la razón, la religión, la ciencia y la educación, se enmarca en el fenómeno espiritual de la trasformación humana abordado por la doctrina y la teoría de la trascendencia humana: conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.):__La paideia griega tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad) y la sabiduría (cuidado de la verdad), mediante la práctica continua de ejercicios espirituales (cultivo de sí), a efecto de prevenir y curar las enfermedades del alma. El educador, utilizando el discurso filosófico y la discusión de casos y ejemplos prácticos, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos) __La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo coincide cien por ciento con el currículo y objetivo de la filosofía griega. Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo (posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría, con el pensamiento de los filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Isócrates, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,), a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). Meta que no se ha logrado debido a que la mitología del Antiguo Testamento, al apartar la fe de la razón, castra mentalmente a sus seguidores extraviándolos hacia la ecumene abrahámica que conduce al precipicio de la perdición eterna (muerte espiritual)__ Es tiempo de rectificar retomando la paideia griega de Cristo, separando de nuestra fe el Antiguo Testamento y su teología fantástica que han impedido a los pueblos cristianos alcanzar la supra humanidad. Pierre Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Editorial Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD