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cuatrodecididos

cuentos

Semillas

Una persona se acercó a la Tienda de las semillas y se dio cuenta
de que tras el mostrador se hallaba el mismo Dios.
-¿Qué deseas, hijo?- le preguntó.
El hombre respondió:
- Deseo el amor, la bondad y la justicia, no sólo para mí sino
también para todos los seres humanos.
Y Dios le repicó:
- Hijo mío, creo que no has leído bien; aquí no vendemos frutos,
sino semillas.

Tony de Mello

Fraternidad

Dos hermanos, el uno soltero y el otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales. Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado todas las noches, pensando: "No es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que en mi ancianidad tendré todo cuanto necesite. ¿Quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es, evidentemente, mayor que la mía". Entonces se levantaba de la cama, acudía silenciosamente adonde su hermano y vertía en el granero de éste un saco de grano.

También el hermano soltero comenzó a despertarse por las noches y a decirse a sí mismo: "Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Pero yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo. ¿Es justo, acaso, que mi pobre hermano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?".

Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda.

Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se divulgó. Y los ciudadanos decidieron erigir un monumento en el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado.

Los verdaderos adoradores no adoran aquí o allá, sino en espíritu, en verdad y en fraternidad.

El canto del pájaro

Los discípulos tenían multitud de preguntas que hacer acerca de Dios.

Les dijo el Maestro:
"Dios es el Desconocido y el Incognoscible,
Cualquier información acerca de él,
cualquier respuesta a vuestras preguntas,
no será más que una distorsión de la Verdad".

Los discípulos quedaron perplejos:
"Entonces, ¿por qué hablas sobre él?".

"¿Y por qué canta el pájaro?", respondió el Maestro.

El pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer. Canta porque tiene un canto que expresar.
Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del Maestro no tienen que serlo. Tan sólo tienen que ser escuchadas, del mismo modo que uno escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del pájaro, que despiertan en quien escucha algo que está más allá de todo conocimiento.
Tony de Mello

El águila real

Un hombre encontró un huevo de águila.
Se lo llevó y lo colocó en el nido de
una gallina de corral. El aguilucho fue
inacabado y creció con la nidada de pollos.

Durante toda su vida, el águila hizo lo
mismo que hacían los pollos, pensando que
era un pollo. Escarbaba en la tierra en
busca de gusanos e insectos, piando y
cacareando. Incluso sacudía las alas y
volaba unos metros por el aire, al igual
que los pollos. Después de todo, ¿no es
así como vuelan los pollos?

Pasaron los años y el águila se hizo vieja.
Un día divisó muy por encima de ella, en
el límpido cielo, una magnífica ave que
flotaba elegante y majestuosamente por
entre las corrientes de aire, moviendo
apenas sus poderosas alas doradas.

La vieja águila miraba asombrada hacia
arriba "¿Qué es eso?", preguntó a
una gallina que estaba junto a ella.

"Es el águila, el rey de las aves",
respondió la gallina. "Pero no pienses
en ello. Tú y yo somos diferentes de él".

De manera que el águila no volvió a
pensar en ello. Y murió creyendo que
era una gallina de corral.

Anthony de Mello